Hambre… tu guía personal para administrar tu alimentación
Hambre… tu guía personal para administrar tu alimentación

Hambre… tu guía personal para administrar tu alimentación

 

Nacimos sabiendo exactamente cuánto comer. El hambre es la señal de nuestro cuerpo que nos dice que necesitamos combustible. Al conectarnos con nuestras señales instintivas, podemos administrar nuestra alimentación sin dietas restrictivas o obsesionarnos con cada bocado de comida que ponemos en nuestra boca.

 

Quizá hayas ignorado las señales del hambre por mucho tiempo que has olvidado como reconocerlas. Incluso puede que culpes al hambre por tus problemas de alimentación y la veas como el enemigo. Quizá confundas hambre con todas las otras razones por las que comes como: tiempos de comida, estrés, situaciones emocionales o incluso el sabor de la comida.

 

Al mismo tiempo, quizá hayas aprendido a ignorar el sentido de satisfacción por lo que comes hasta que estás lleno y te sientes incómodo por tanta comida en tu estómago. Quizá tengas estas expresiones muy programadas: “cómete todo lo que hay en el plato” o “nunca desperdicies comida” y “cómete todo o no hay postre” y como adultos no necesariamente escuchamos esto de nuestros padres pero lo hacemos porque así nos programaron y esto impide que escuches la señal innata de tu cuerpo cuando estás satisfecho y es suficiente.

 

¿Y sabes qué? Continuas este ciclo al enseñárselo a tus hijos…

 

El hambre es tu guía innata

Reconocer tus señales físicas cuando tienes hambre te ayudará a administrar tu alimentación sin esfuerzo. Tus señales físicas es todo aquello que sientes cuando sabes que tienes hambre, por ejemplo: vacío en el estómago, debilidad, rugir del estómago, entre otras.

 

¿Cómo te ayuda el comer cuando verdaderamente tienes hambre?

  • Comes menos cuando respetas la señal natural de cuerpo de que estás satisfecho. Nuestro cuerpo sabe exactamente qué necesita para la carga energética de tu cuerpo y cuándo comes por emoción o porque ya es la hora de comer, no has sintonizado con esa señal de hambre real y por lo tanto no sintonizarás apropiadamente con la señal de satisfacción. Piensa en esto: Si comes cuando no tienes hambre ¿cómo sabes cuando detenerte? ¡Cuando no haya comida en el plato por supuesto! 
  • Es más probable que elijas alimentos que te nutran realmente. Si no tienes hambre y estás comiendo porque estás triste, molesto o feliz ¿Qué tipo de comida prefieres? Aquí es cuando es más probable que elijas chocolates, galletas, chips o comida confortable.
  • La comida de hecho sabe mejor cuando tienes hambre. El hambre es realmente el mejor condimento, por lo que comes menos pero lo disfrutas más.
  • Te sentirás más satisfecho porque la comida es genial para satisfacer el hambre pero no para satisfacer el aburrimiento, estrés u otros detonantes.
  • Notarás cuando tienes hambre en lugar de cuando estás que te “mueres” de hambre, por lo que reduce la posibilidad de comer de más.

 

Confía en tus instintos

Para romper el hábito de comer en piloto automático, empieza a crear el hábito de preguntarte “¿Tengo hambre?” cada vez que quieras comer. Esta simple pero poderosa pregunta te ayudará a reconocer la diferencia entre una necesidad de comer para satisfacer tus necesidades físicas o un deseo de comer para satisfacer un deseo emocional.

 

Busca por síntomas como rugir del estómago, sensación de vacío, malestar estomacal, debilidad, bajos niveles de energía o dolores de cabeza. Nota que el hambre es algo físico, no es un deseo, un pensamiento o una tentación.

 

Al enfocarte en el hambre como tu guía, te convertirás en tu propio experto sobre cuándo, qué y cuánto comer.

 

Nos encantaría que nos contaras:

 

  • ¿Qué señales específicas de hambre tienes normalmente?
  • ¿Qué pensamientos o sentimientos confundes con hambre algunas veces?
  • ¿Qué otra cosa podrías hacer en lugar de comer cuando tienes el deseo de comer aún cuando sabes que no tienes hambre?

 

Continuemos la conversación en los comentarios